Hay varios momentos importantes que afectan a la competición relacionados con la relajación.
Antes del partido, son varios los consejos a seguir. Procure estar descansado pero no apure el tiempo de dormir, dos horas antes aproximadamente dedíquelos a pasear un poco, coma con antelación, no llegue recién comido a la partida, coma alimentos ligeros y energéticos (frutas, verduras, cereales, yogur). Evite pensamientos negativos (mi rival es muy fuerte), no agote su mente (charlas acaloradas) que le haga desconcentrarse. Tampoco se exceda con la concentración (no piense excesivamente en la partida que va a disputar), recuerde que aún no ha empezado. Analice de forma objetiva su rival y su estado de forma y planifique una estrategia inicial que (muy importante) debe llevar a cabo (no improvise sobre la marcha), decida su ritmo de juego pero no se aleje demasiado de lo que está acostumbrado. Practique respiraciones profundas paseando por algún jardín, distráigase un poco con ese entorno. No tome café ni bebidas alcohólicas que le llevarán a estados de tensión adicional o de inhibición aunque crea lo contrario. Haga algunos estiramientos de brazos y piernas suaves.
Durante el partido. El partido empieza en el momento que le convocan. Haga su protocolo de sacar el taco y los pequeños materiales que va a usar. Realice sus cinco minutos de entrenamiento que ya debería tener programado de antemano (estos cinco minutos deben ser una combinación entre el estudio del comportamiento de la mesa de billar y como precalentamiento para no entrar después frío en la partida). Quédese observando a su rival en sus cinco minutos de calentamiento no ya sólo para ver como lo hace sino para extraer también conclusiones del comportamiento de la mesa. Mientras tanto concéntrese de forma reposada en la respiración y adecuadamente sentado como ya se dijo anteriormente. Repito que la silla sirve para descansar y debe tener esa idea clara después cuando ya haya empezado la partida. No se obsesione con su rival, le recuerdo de nuevo la regla de oro: el primer rival es usted mismo, después lo serán las bolas y el jugador contrario. Tome conciencia de sí mismo, analícese sus reacciones (deseos intensos de que su rival falle, si así sucede puede pensar que eso le transmite calma, pero corre el grave riesgo que si no falla le puede crear ansiedad muy perjudicial. No mire el marcador de manera obsesiva, incluso si es capaz hasta evítelo por completo, al fin y al cabo las posiciones deben ejecutarse de una manera única suceda con lo que suceda en el marcador, aunque también es válido en momentos puntuales analizar riesgos en una jugada para decidir la estrategia ataque-defensa. Sea correcto en la competición pero nada le obliga a aplaudir y animar a su rival en una jugada. Las felicitaciones déjelas para cuando acabe el partido. Olvide las palabras “mala suerte” y convénzase que la mala suerte solo es de los perdedores. No gesticule cuando una jugada se falla, dedique esa energía a analizar objetivamente la causa del fallo y haga propósitos de enmienda (me he precipitado, debería haberme levantado antes de tirar ya que tenía dudas, he sido un poco vago al no estudiar adecuadamente las líneas de recorrido). Piense incluso “vale, mi rival será muy superior, pero yo voy a hacer lo que sé hacer”. Si va perdiendo recuerde que hay tiempo de recuperarse, no tenga prisas en intentar voltear un resultado, su calma puede que intranquilice a su rival aunque se sepa superior. Haga un juego homogéneo y coherente y ejercite evitar el estrés “ir perdiendo”, “de ir ganando” o el más sutil de todos, “el del promedio”. Insisto:
Estrés de ir perdiendo: está deseando resolver el problema inmediatamente, le lleva a ansiedad, normalmente obsesiva. La solución es la paciencia.
Estrés de ir ganando: especialmente sintomático si considera a su rival más fuerte; le lleva a deseos de terminar pronto causados por sensaciones de inseguridad, su brazo se contraerá. La solución es la constancia y la disciplina. Grábese esto: cada posición tiene una forma adecuada de resolverse y no otra, cuando lo haga piense en su propio convencimiento y olvide de contra quien juega.
Estrés del promedio: está jugando una partida con un promedio muy superior al suyo habitual, las ansias de intentar mantenerlo le llevan al nerviosismo y al final, como ve que se empeora, empieza a frustrarse. Olvide el marcador, no haga cuentas, simplemente juegue como si nada hubiera hecho.
Y finalmente, quizás lo más importante: DIVIÉRTASE. El billar es una afición placentera.
Piense profundamente que el billar es un juego en el que se gana o se pierde. Ambas consecuencias son normales y nos sucede a todos. Admita la derrota como algo lógico y PIÉRDALE EL MIEDO PERDER.
El estrés es inevitable, los nervios son inevitables, no intenten evitarlos, simplemente edúquelos en su provecho. Incluso una dosis de nervios y ansiedad bien educados son beneficiosos. El exceso de frialdad puede traicionarle tarde o temprano. Corazón algo caliente, mente algo fría, sin pasarse en ambos, perfecto. Ya dijo Wafflard que hay que saber competir con los nervios, no es una debilidad ni algo ajeno, esté en nuestros organismo, como los músculos, la respiración o la circulación. Solo se trata de encontrar el equilibrio.
7 Comentarios
Felicitaciones por estas recomendaciones.
ResponderBorrarMuy buen consejo gracias !!!!
ResponderBorrarExcelente nota. Ed todo lo que me pasa cuando juego.
ResponderBorrarLe felicito por el artículo.
ResponderBorrarMuchas Gracias Domingo!
ResponderBorrarMuy valioso Y acertado su artículo. Gracias por el aporte.
ResponderBorrarMuchas gracias por esas palabras, en serio necesitaba leer algo así! Ya solo espero poder ponerlo en práctica!!
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